martes, 30 de junio de 2009

El año necesario: 6. REPRESENTAR




Ese mundo al que damos el nombre de verdadero, en el que creemos , y por tanto lo vivimos como nuestra auténtica realidad, es una representación.
Las artes ponen en duda que la verdad sea sólo una cuestión lógica, o, incluso, una cuestión demostrativa.



Las artes no creen que la verdad sea lo contrario de la mentira, creen más bien que la verdad pudiera ser aquello que proponemos y aceptamos porque de alguna manera nos beneficia (NIETZSCHE,1996) [1].



No nos confundamos, no estamos proponiendo un mundo de fantasía y color, sino un mundo en el que la verdad es la elección, dentro de muchas otras verdades posibles, de aquella que nos reporta mayores beneficios. Nos beneficia aceptar la muerte para no hacernos un daño innecesario, aunque podamos seguir pensando que es un estado intermedio, un paso hacia otra vida, un desaparecer momentáneo que retornará con otra forma…Cada uno que elija, por supuesto, aquella que más le convenga, no hay problema. El daño o beneficio es responsabilidad suya, que cada uno elija la verdad que considere más beneficiosa. No hay más.
Sólo recordar: mamá está equivocada y los libros mienten...








Bajo toda verdad, hay siempre una elección moral.





Cada vez que decimos que algo es verdad, estamos diciendo que eso es lo que más nos conviene (y, seguramente, creemos que no sólo a nosotros, individuos, sino también creemos que es lo que más conviene a una colectividad con la que guardamos lazos más o menos fuertes de relación social). Hay profundas convicciones y creencias que andan por debajo de todo aquello que tildamos de verdadero, como si una idea de un mundo ordenado, y deseado, estuviera en cada cosa que decimos. Al decir de algo que es verdad, estamos construyendo un mundo para el futuro que queremos que tenga un determinado orden.
Y es que la verdad, eso que hemos decidido llamar verdad, es una creación humana, una construcción dentro de la que vivimos, porque a fin de cuentas es nuestra realidad, la realidad por todos compartida, fruto del sentido común, es decir, nacida en comunidad, surgida del sentido, de lo que tiene sentido para una colectividad.


Vivimos dentro de una representación que consideramos la verdadera, a la que llamamos realidad.
Nuestra realidad verdadera es “esta ficción impulsada por el deseo” (DE AZÚA, 2002,) [2]. La realidad, eso que llamamos realidad, es una representación puesta en práctica, realizada por nuestras manos al servicio de nuestros deseos…
Y el deseo “universal”, al menos mayoritario, y contradictorio por la cantidad de respuestas opuestas que podemos encontrar, es el deseo de vivir bien. El deseo fundamental que proyecta lo que entre todos llamamos realidad es un deseo de vivir bien.

Advertencia: los que quieran vivir mal, que no sigan leyendo.

Por tanto, debajo de toda verdad que define la realidad en la que vivimos, hay siempre una elección moral, una propuesta de mundo mejor o más conveniente: UNA REPRESENTACIÓN.
Las artes son la técnica de adaptación de una determinada materia que queremos modelar, una materia siempre impredecible, siempre en disposición de ser transformada por la técnica o nuestro ingenio (seguramente son lo mismo), para que se acerque a lo que deseamos. No todo mármol responde a los deseos del escultor, no toda cuerda emite el sonido buscado por el violinista, no todo color representa el color impreso en la mente del pintor, pero todos ellos: escultor, violinista y pintor “ingeniarán” las maneras de poder sacar a esa materia lo deseado.
Las artes son lucha, una técnica de lucha para la consecución de lo deseado.

Toda elección es casi siempre un salto en el vacío, es el arte de salvar obstáculos y seguir nuestro camino definido para vivir mejor.
Para hallar soluciones en las artes, recurrimos apresuradamente al librito de Georges Perèc, La vida, instrucciones de uso (PERÈC, 1987) [3], y nos damos rápidamente cuenta de la broma: para vivir la vida no hay instrucciones claras, precisas, concretas, aplicables siempre de la misma manera como pretende cualquier ciencia que presuma de llamarse tal.

Esta tensión y conflicto constantes entre lo que hay y lo que nos gustaría que hubiera es la que construye a los seres humanos.
Seguramente, nos creamos por medio de nuestra actividad artística. No sólo somos lo que pensamos, somos, sobre todo, lo que hacemos. Nos hacemos personas por medio de un constante trabajo. La palabra castellana persona, deriva de la voz de origen etrusco phersu y de la palabra latina persona, que significan máscara de actor, personaje teatral (COROMINAS, 1998)[4] .


Ser persona es saber actuar en un escenario y defender un personaje ante un público..., vamos, que no es otra cosa que REPRESENTAR.
Un refrán latino, de origen jurídico, dice: “homo qui plures personas sustinet” (NAVARRO,1842) [5]. El hombre es aquel que puede sostener, mantener, mostrar varias máscaras, varios personajes. En el derecho romano los esclavos no eran considerados hombres porque no podían llegar a ser personas. Ser personas supone la sofisticación de poder mostrar diferentes máscaras.

El hombre se hace y se va construyendo en sus máscaras elegidas, para presentarse ante los demás de la manera que mejor le convenga en cada situación. No olvidar el origen de la palabra cosmética, mostrarse ante los demás con un determinado orden, una estructura, de la palabra griega cosmos (COROMINAS, 1998)[6].
Y una de esas máscaras es la vital, puro orden cosmético. Elige tu representación, la verdadera, vamos:



Citas:
1. NIETZSCHE, Friedrich, Humano Demasiado Humano. Un libro para espíritus libres, Akal, Madrid, 1996, primera parte.
2. DE AZÚA, Félix, Diccionario de las artes, Anagrama, Barcelona, 2002, pág. 243.
3. PERÈC, Georges, La vida, instrucciones de uso, Hachette, Madrid, 1987.
4. COROMINAS, Joan, Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, Gredos, Madrid, 1998,pág. 454.
5. NAVARRO, Ruperto et al., Curso completo elemental de derecho romano que comprende la historia externa ; la historia interna o antigüedades, y las instituciones del derecho antes referido, Imprenta del Colegio de Sordomudos, Madrid, 1842 ,Tomo III. Instituciones. Biblioteca de la Universidad de Sevilla [en línea] .Disponible en World Wide Web: http://bib.us.es/guiaspormaterias/ayuda_invest/derecho/cursoCompletoElementalT3.htm
[consultado: 04/05/07]
6. COROMINAS, Joan, Ídem, pág. 175.
De las imágenes:
1-Pere Borrell del Caso, Escapando de la crítica, 1874.
2-Michelangelo Pistoletto, Anno Uno, 1981.
3-Michelangelo Pistoletto, I visitatori, 1962-1968.
4-Philippe Ramette, Sans titre, 2007.
5-Los Punsetes, Maricas, del álbum LP , Gramaciones Grabofónicas, 2008 .
6- Michael Moore, Fahrenheit 9/11, 2004.
7-Andrés Serrano, Piss Christ, 1987.
8-Ana Laura Aláez, Beauty cabinet prototype, 2003.
9-Valérie Belin, Sans titre (06010601), 2006.
10-Valérie Belin, Sans titre (06010801), 2006.

domingo, 31 de mayo de 2009

El año necesario:5. REÍR





La risa es una explosión emocional ante la estrepitosa caída de cualquier historia oficial.

Llamamos historia oficial a todo aquello que supuestamente es lo que debe ser..., y muchos-muchísimos se afanan en sostenerlo.


Reímos cada vez que se desploma la HISTORIA de algunos, que viviendo de la creencia que los muchos-muchísimos sostienen sobre ellos, sólo se permiten la risa para ellos mismos al comprobar que los que mantienen la historia oficial..., sencillamente, se la han creído.



Un niño ríe cuando la HISTORIA OFICIAL se desmorona delante de sus narices.

Pero, por favor, tengamos siempre en cuenta que "el niño que se ríe de todo corazón no se entrega a ese placer por creerse superior a los que le hacen reír; se ríe cuando le hacen cosquillas, e indudablemente esto no es por orgullo". (VOLTAIRE, 2007) [1]
Así, de un golpe eliminamos toda la risa que no es tal, sino mala baba reconcentrada..., a la que algunos llaman ironía..., y que a veces no se trata de otra cosa que exponer ante los demás (sin pudor, y sin sentirse avergonzados, cosa que me sigue llamando la atención....), los propios odios transformados en gracia por la propia reconversión que mandan el cristianismo y todas esas creencias que obligan a eliminar emociones irreflexivas.

Vamos, que perdieron el hilo...., intentaron darle, con la ironía, una finalidad a la risa. Una pena, què hem de fer!!!! Perdieron el hilo al ponerle a todo un hilo...


No hay como reír por reír...., sin un fin....Ahí va, y pido disculpas de antemano a todos los platónicos, pero es que nunca jamás se había expuesto con tanta claridad una filosofía en una imagen:




Pero, olvidemos a los grandes y sus grandezas, la risa es mucho más pequeñita que todo eso a lo que hemos aludido..., y seguramente, ahí está su fuerza: es de cada uno.

La risa es solitaria, dice mi novio.

"Esta corona del que ríe, esta corona de rosas: yo mismo me he puesto sobre mi cabeza esta corona, yo mismo he significado mis risas. A ningún otro he encontrado suficientemente fuerte hoy para hacer esto.[...]Esta corona del que ríe, esta corona de rosas: ¡a vosotros, hermanos míos, os arrojo esta corona! Yo he santificado el reír; ¡vosotros hombres superiores, aprended a reír!"(NIETZSCHE, 1994) [2].

Vuelvo a citar de lo anterior: "yo mismo he significado mis risas" porque la risa es de uno mismo, como dicen Nietzsche y mi novio...

Porque reír es de personas inteligentes que están poderosamente consigo mismas.

La ironía, dejémosla para los que no saben hacer otra cosa..., otra cosa que molestarse a ellos mismos..., cuando pueden, claro, en grupo y para que los vean, para que los comprendan, para que los compadezcan. Sólo es una forma inadecuada de supervivencia. Ante todo, mucha comprensión, con los irónicos. En serio.

Reír es asumir trágicamente (es una corona, pero de rosas, con sus espinas y todo) que lo más divertido somos nosotros mismos, y nuestras pequeñas y trascendentes historias oficiales, que se derrumban constantemente, sin ruido, sin llamar a nadie, sólo exponiéndolas tal cual son...



La máxima confianza: contarle a alguien lo terriblemente divertido que es algo que se nos derrumba y el reconocimiento en ese instante de que estábamos viviendo en las ideas, e incluso en las Ideas..., TERRIBLE, pero simpático, ¿no?
Graciosillo, simpático..., pero ahí está la potencia, la fuerza del guerrero que se viste con el emblema de Mr Smile cerca de sus ojos:



La fuerza que da la risa al poner en el mundo ese toquecito necesario de subversión, de darle al todo la vuelta..., vean, vean como el señor Martin Margiela (o lo que a esa altura quedaba de él en la maison) lo consigue comenzando el desfile al revés, subvirtiendo la American woman, llevando al extremo la jeans fever, etc, etc...







Disfruto con la risa que nace de lo inesperado, del terror de vivir y de la ausencia de culpa... , y, por supuesto, con la que producen las cosquillas. Quienes quieran comprenderlo tendrán que esperar hasta el final...,del desfile, en donde todo se transforma en bullicio y alegría, nacida del terror ante la vida de cada uno, claro.




Y a reír, a reír..., que cuando menos te lo esperas, te has creído otra gran historia oficial.




Ay, y riamos con algunas historias oficiales, como la de Nueva Yó:



Citas:
1-VOLTAIRE (2007), Diccionario filosófico. En línea. Disponible en World Wide Web:
http://www.e-torredebabel.com/Biblioteca/Voltaire/Diccionario-Filosofico-Voltaire.htm
2-NIETZSCHE, Friedrich W. (1994), Así habló Zaratustra, Círculo de Lectores, Madrid.


De las imágenes:


1-Maurizio Cattelan, La nona ora, 1999.
2-Ángel García, Daddy and mummy, 2007.
3-Jean Delville, La escuela de Platón, 1898.
4-Hedi Slimane, Fashion Diary, April, 2009.
5-Hedi Slimane, Fashion Diary, September, 2008.
6-Maison Martin Margiela, Primavera-verano, 2009 (Parte 1 de 2)
7-Maison Martin Margiela, Primavera-verano, 2009 (Parte 2 de 2)
8-Driant Zeneli, All Art has been Contemporary, 2009.
9-Melissa Hindell

jueves, 30 de abril de 2009

El año necesario: 4. LUCHAR




La forma de lucha más artística que conozco es vivir plenamente lo cotidiano.


Y lo cotidiano comienza en el cuerpo, en el arte del cuerpo:







Luchar es aprender el arte de la guerra. Vamos que no es otra cosa que jugar dentro de la tragedia.


Y en la guerra, sólo mandan la cabeza y el coraje unidos, las instrucciones precisas:



1-Saber que no hay salvación definitiva, sólo ingenio dirigido por la mirada llena de luchas anteriores.






2-La mirada en el objetivo: la mirada, precisa; el objetivo, concreto .







3-Conocer las dificultades para alcanzar el objetivo, porque la lucha comienza en uno mismo definiendo las dificultades, a pesar de querer negarlas, no verlas.








4-Pasión (en el sentido griego clásico, o eso creo, no como aquello que uno hace, que uno realiza y en donde se apasiona, sino la pasión como algo que se hace en ti, algo que te domina, te puede y te lleva): la entrega total contra las dificultades.








5-Temple. Sacarle partido a las dificultades, ponerlas a favor, dialogar con ellas, conocerlas y adaptarnos a ellas. Saber que uno sólo es, y al mismo tiempo, el estratega y el soldado raso situado en vanguardia.








6-Conocer nuestras armas, nuestros maquillajes internos y externos: esas máscaras perfectamente construidas para enfrentarnos a lo que tememos, lo terrible, siendo aún más fuertes que nuestro contrario.







7-Combatir. La resistencia en la serenidad ( la lucha es otro juego ), como único elemento en donde nos sostenemos.







Y al combatir, entramos en un terreno que no sabemos qué nos traerá, en donde las instrucciones precisas dejan de tener sentido...

El final del combate es incierto, ¿el objetivo?, clarísimo.


Los juegos son precisamente eso porque no conocemos el final.


Aunque conocemos el principio de toda lucha cotidiana:

Despertamos, miramos lo que nos rodea todavía envueltos en una mirada que no quiere ver; no vemos prácticamente, sumergidos en la sensación de recibir por la pupila todo un mundo..., todo un mundo aún desordenado y abierto a mil batallas de amor y muerte. Cada día empieza algo y acaba algo por medio de nuestras luchas en ese mundo que aún está por ordenar.


De repente, nos invade ese mundo entero y su deseo.
El deseo: vivir en él.

Y querer permanecer en él.

Estar.


La lucha entendida como la representaban esos caballeros a partir de la Edad Media, que en sus sepulturas colocaban una espada en una mano, y en la otra un libro.

Simple..., como la perfección.
¿La perfección?: un intelectual sentimental.

Y sólo me apetece añadir: y además, escéptico apasionado.

O, de otra manera: la lucha incierta en la serenidad ( y “seguridad”) de que no hay nada, nada para salvarse definitivamente, sólo pedazos de sueño que se hacen realidad, y por tanto, navegar en algunos momentos sabiendo que sí hay soluciones maravillosamente parciales, porque sí estás contigo y a favor tuyo.


A disfrutarlos, esos momentos robados al sueño, que tienen duración.

Voici la lucha, el objetivo clarísimo de toda lucha: extender lo hermoso.

Extenderlo, sabiendo que en la lucha, en esa lucha de nuestro propio cuerpo, siempre se está solo:


















Solo en lo cotidiano, extendiendo lo hermoso, alumbrando lo maravilloso por venir, la nueva lucha:







De las imágenes y vídeos:

1-Oscar Pistorius, cartel publicitario para Nike, 2007.
2-Oscar Pistorius-Nike, 2007
3-Fabrica, Non aspettiamo miracoli, 2003.
4-Michelangelo Buonarroti, David, 1501.
5-Barbara Kruger, Sin título, 2006.
6-Oscar Pistorius, 2008.
7-Fabrica, Sin título, 2003.
8-Miguel Ángel Gaueca, Retrato de Arakis, 2005.
9-Aesf, Last Riot 17, 2005.
10-Panos Kokkinias, Urania, 2007.
11-Panos Kokkinias, Goalkeeper, 2006.
12-Panos Kokkinias, Aliki, 2007.
13-Panos Kokkinias, Leónidas, 2007.
14-Panos Kokkinias, Spata, 2003.

jueves, 26 de marzo de 2009

El año necesario: 3. AMAR




Amar es abrirse a ...


Esos puntos suspensivos producen tal terror que muchas personas deciden vivir lo no vivido.

Algo así: lo no vivido es la queja constante por aquello que no llega a suceder al permanecer escondidos tras el miedo (ya lo decía Stendhal: el miedo y el odio están en el mismo camino) (1), detrás de un ideal buscado y defendido que nunca aparecerá (para eso es ideal, y no real, oye).


-Un apunte sobre los ideales: ¿muestran un profundo resentimiento ante la vida? (2)


-Un apunte sobre el miedo: “Qué es lo que hacemos frente al miedo. ¿Acaso escapamos? [...] Las personas inmaduras creen conquistarlo, "enamorándose". [...] Uno se engaña a sí mismo, pretende que ama para así no sentir el golpe del miedo. Nos “enamoramos” de alguien a quien tememos, y así provocamos un cortocircuito en el recorrido del miedo, ya no sentimos el miedo. Tal y como sucede entre una serpiente y un pájaro, el pájaro se siente fascinado, cautivado, ¿verdad? Pues es exactamente lo mismo. No sufre, no siente miedo alguno –de hecho, está hipnotizado- y la serpiente acaba engulléndolo.” (3)


Conclusión : amar es de dos; de uno sólo, es locura.







Y, además, la relación sexual es imposible (4). No olvidemos que nos deseamos a nosotros mismos, lo que somos, esa mezcla de fantasía y carne, propuestos en otros, y si no es así, mala cosa. Hacemos el amor con nosotros mismos, con nuestras fantasías que mediante, y en otro (¡qué alegría!!), se hacen realidad. La autoestima puede comenzar por masturbarse con ganas, desearse, darse placer consigo mismo, y desde sí mismo, querer la sofisticada naturalidad que uno es, quererse, desearse, vamos. Verse bien en la mirada del otro.


Por todo esto, encontrar a dos (o más, claro...), a una misma altura del deseo, a eso es a lo que, osemos la hipótesis: llamamos amor.




Encontrarlos en el borde de sí mismos, dirigidos hacia el otro como quien se dirige a la gran batalla, la única batalla. Batalla del todo o nada, una, sólo una, y única. Nos bastan segundos para saber.

A esa misma altura del deseo, cuando dos se encuentran en la batalla de la mirada, del oído, la batalla que decide el todo o nada; las superficies, las pieles que somos puestas ahí como otra cualquier cosa, se transforman. Las pieles, como cajas de cartón, guardan por dentro cunas confortables de un rosa infinito, se abren...





En ellas, esas cajas del amor, casi somos uno, a veces, incluso lo pensamos: hemos sentido ser uno.

A disfrutar, a disfrutar en las cajas íntimas y privadas (lo íntimo y privado que cada uno lo defina), en nuestras personalísimas bomboneras del amor (5)




“En Rizoma, Deleuze invitaba a que nuestros amores fueran según el modelo de la conjunción de dos series heterogéneas que abren y se embarcan en una línea de fuga; amores como los de la abeja y la orquídea, que inauguraran un devenir-abeja de la orquídea y un devenir-orquídea de la abeja, empujándose uno a otro en una circulación de intensidades que les llevan cada vez más lejos.” (6)

Seguramente, porque amar sea transformarse, perder a ese sí mismo imaginado, y encontrarlo sin previo aviso, renovado. Renovado en el juego, que nos da otros papeles y otras posturas. Haciéndonos otros capaces de sentir cuerpos a una distancia, ¡qué capacidad tan desarrollada en el amar: la de percibir a distancia, la del estiramiento de los terminales perceptivos!, Sentimos lo que no nos roza. Dentro del amor y el juego, sucede...



Pero puede suceder también, que de nuevo, y en el juego, aparezca el miedo. Miedo a perder lo que consideramos propio: hábitos, costumbres, pequeñas tradiciones y rituales en los que nos sostenemos como un funambulista, a sabiendas de que hay mundo más allá de la cuerda floja en la que nos balanceamos ansiosamente apegados, pero claro, mundo en el que sólo nos sostendremos sobre “la voluntad de voluntad” (7), vamos, sobre el deseo de continuar deseando.

Ya lo dicen todos los anglohablantes, amar, enamorarse, es caer: falling in love.

Y esto, es el mayor de los artificios (sí, de artificial), para lo humano, que tiende a ser siempre sujeto: el mayor de los artificios es la naturalidad, dejarse llevar, dejarse caer...

Los puntos suspensivos, again: la incertidumbre, la ilusión, desazón, acercamiento, vértigo, escaneo pormenorizado de cada uno de los últimos movimientos del amante, la risa, la flama de los labios en la piel, el goce, las miradas interiorizadas y la sonrisa, o la falta de ella, la satisfacción, la dependencia, el juego, las mentiras seleccionadas, el aliento cercano al cuello, la tortura de la ausencia, la catástrofe del reconocimiento de pequeñas verdades ante las que nos avergonzamos, el gusto de estar allí en ese momento, los engaños ingenuos y los signos dispuestos para su interpretación.

Y, sobre todo lo anterior, el sentimiento terrible de ser la Cenicienta justo cuando suenan las doce campanadas que nos devuelven a la realidad frente al otro, lo amado: aparecer sólo como somos, sin la magia de un hada protectora. Y ahí estamos, sólo vibrando y con una calabaza inmensa al lado.

Vamos, que creemos que aparecemos ante los amados como la Cenicienta en su momento más bajo. Terrible, pero divertido, porfa.

Muertos de miedo ante lo que creemos ser, nuestra naturalidad.

Así, no me extraña que siga habiendo princesas que devoren príncipes timoratos.





Abrirse, dar, es suficiente.

Suficiente..., por ahora.

Hay que jugar, señores, a la naturalidad.

Y, dejemos a un lado a las princesas autocoronadas que trampeando sólo satisfacen deseos incontrolables de comida de almas, no saben amar. Porque, a ver, ¿qué le vamos a hacer?, hay gente que sólo es cuando los que están a su alrededor no son.

Y dediquemos todo lo dicho a aquellos que se abren, a pesar del miedo. Que dan, a pesar de saber que nunca recuperarán lo dado. A aquellos que apuestan por seguir viendo, y viviendo, al otro. A aquellos que quieren seguir conociendo. A aquellos que se embarcan en retos. A aquellos que se ponen a bailar con otros, porque toda coreografía “conjunta” (eso de seguir los pasos al tiempo con otro, eso de saber que se desea ser uno al ritmo de la música), eso es un acto de amor, de revolución sexual...

Bailemos:



Bailemos y sintamos como pasa el aire del amor entre nosotros y los amados, en esos huecos que nos permitirán abrirnos, en esos espacios vacíos entre dos butacas...

Amemos y bailemos, 4 – 2, para ti:





(1) STENDHAL (1991), Lucien Leuwen, Penguin, Londres.
(2) NIETZSCHE, Friedrich (1997), La genealogía de la moral, Universidad de Valencia, Valencia, pp. 72 y ss.
(3) BOURGEOIS, Louise (2002) Destrucción del padre/ Reconstrucción del padre, Síntesis, Madrid, pp. 83-84.
(4) LACAN, Jacques, citado en ALEMÁN, Jorge (2003) Derivas del discurso capitalista: notas sobre psicoanálisis y política, Miguel Gómez ediciones, Málaga, pág. 23.
(5) FANGORIA, En la Disneylandia del amor (del disco: Un día cualquiera en Vulcano), 1993.
(6) MOREY, Miguel; prólogo a FOUCAULT de Deleuze,G. (1999), Paidós, Barcelona.
(7) HEIDEGGER, Martin, citado en BOUTOT, Alain (1995), Heidegger, Publicaciones Cruz O.S.A, México, pág. 81

De las imágenes y vídeos:

1- COURBET, Gustave, El origen del mundo, 1866.
2- OLAF, Erwin, The Kitchen, 2005.
3- ABAD, Donald y ALLARD, Cyriac, Entre Deux, 2006.
4- FRIOFINNSSON, Hreinn, Floor piece, 2007.
5- Fangoria, En la Disneylandia del amor, 1993.
6- SCIANNA, Ferdinando (http://www.magnumphotos.com/Archive/C.aspx?VP=XSpecific_MAG.PhotographerDetail_VPage&pid=2K7O3R13PO0Y&nm=Ferdinando%20Scianna)
7- GILBERT, Christopher(http://www.christophegilbert.com/)
8- La Casa Azul, La revolución sexual, dirigido por Domingo González, 2007.
9- ALMODÓVAR, Pedro, Hable con ella, El DESEO S.A. 2002.

martes, 24 de febrero de 2009

El año necesario. 2: COMER.




Las raíces de las plantas buscan su alimento.

Un acto necesario, sin pensamiento, sin mediación. Sólo nutrición, deseo ciego de permanecer vivos.

El extremo de la raíz, un extremo de ese entramado, rompe la tierra y se hunde en ella para hallar lo que desea. Y si no lo encuentra, se retorcerá en mil y una espirales que la lleven donde quiere.

Puro deseo.


Comer o nada, (un consejo: párese en la coma que el sentido cambia), comer. Repito: comer o no, comer.

En la anorexia se devoran a sí mismos, se nutren con sus propios músculos. C’est la vie.




Porque pudiera ser que la anorexia fuera el acto salvaje de la comida aniquilando, invadiendo y devorando aquello que es lo único que le estorba: uno mismo.., el obstáculo entre la realidad y la perfección del modelo mental DESEADO ABSOLUTAMENTE (pavor!!!!).


Deseos voraces, de nuevo.


Pero hablemos de la comida y su goce, la comida y el arte (tienen mil ejemplos en http://artbanquete.blogspot.com/ ). El arte como herramienta de distanciamiento, utensilio que nos permite desplazar el fiero deseo y convertirlo en disfrute a la medida de lo humanamente soportable. El arte galante del comer.




No es extraño que en la última Documenta (XII, 2007, http://www.documenta12.de/teilnehmer.html?&L=1 ) exhibieran como arte la obra (concepto más allá de la comida) de Ferran Adrià en El Bulli.

¡Qué lujo! Absolutamente nada en contra..., más bien, todo lo contrario...




Eso sí, que cada uno en su particular galería de exposiciones y museo mental se entretenga y deleite con los sabores, olores, formas y colores de aquello que disfrutó comiendo...., que no espere nadie a que algún gurú del arte (en este caso la Documenta), le diga que eso que consumió era arte.
Que no, que no...., que se atreva a proclamarlo ahora, ya..., y que goce de ese plato, esa textura, ese olor, esa forma. ese aroma...., sin esperar a nadie.

Los goces son particulares.

Y el arte, también.

Y si no, admiren la variedad:

Tenemos para comer, algo sencillo: olores, juego, deseo, picardía y sabiduría (perdonen la repetición).


Tenemos también soledad, reflexión, sensualidad, misticismo, sosiego y un enorme deseo de control para disfrutar aún más.



Otros, nos traen a la mesa de nuestra vitrina mental y contemporánea imágenes de la abundancia: todos los sentidos entretenidos, todos los estómagos encendidos para comenzar a desear...



Pero sobre todo, y sin caer de nuevo en el deseo absoluto del estómago devorador, en el arte tenemos la sofisticación suficiente como para domesticar el deseo, hacerlo abarcable incluso en situaciones en donde entraríamos en la amoralidad conducidos por nuestro estómago.

Puro arte galante del comer.






Comer es un acto ritual, en donde la mente es la que se satisface en mesas sostenidas en el aire de la imaginación.





Aunque, ojalá, la satisfacción pudiera llegar a todos (cosa que es posible en la actualidad)...




La satisfacción al comer, en todos los sentidos...





Imágenes:

-Ángel García, no a la mujer maceta, 1998.
-Rahel Hegnauer, grundiss, 2003.
-El bulli (http://www.elbulli.info/ )
-Diego Velázquez, vieja friendo huevos, 1618.
-Salvador Dalí, cesta de pan, 1945.
-Andreas Gursky, 99 centavos, 1999.
-Charles Chaplin, La quimera del oro, 1925.
-Marithé & François Girbaud, primavera 2005.
-Niña en Timor, http://www.terraglobo.blogspot.com/ ,2008 .
-Satisfacción en la comida, http://www.cambio21.cl/ , 2009.
-Pierre el Gilles, Lola, 1976.

martes, 27 de enero de 2009

El año necesario. 1: DORMIR




El acto “puramente físico” de dormir.


La relajación, el instante en el que todo se queda suspendido, el trance del sujeto a un objeto puesto ahí...

Por fin objetos.

Por fin no-sujetos.

¿Tendrán relación las palabras sujeto, sujeción, sujetar?


El diccionario de la lengua española de la RAE, dixit: “del lat. subiectus, part. pas. de subiicĕre, poner debajo, someter” (1)


Claro, y es que uno llega a hartarse de sujetar, ser sujeto, someterse, ponerse debajo de uno mismo; aunque eso del lugar en donde ponerse, por supuesto, como a cada uno le parezca...

Y después de tanto someterse, es necesario dormir, dejar de ser, tener el coraje de abandonarse a la suerte del objeto que somos.


¡Qué maravilla de objeto!, sin trasfondo, sin nada más que lo que observamos: material científico para ser descrito sin el obstáculo de lo subjetivo...


¿Qué somos durmiendo?


No somos, sólo estamos.


Somos el que mira, como el árbol, la vaca, el trueno, sólo están, “son” quienes los miran.


Y así, Tilda Swinton decidió abandonarse durante días, en jornadas de casi ocho horas dentro de una urna en la GalerÍa Serpentine.





Sólo estaba: ¡qué valor ante la vida! (2)


Dormir es un acto de valentía (el temor a aquello que pueda suceder hace al ansioso insomne).


De la misma manera, John Giorno fue filmado durante cinco horas y media ininterrumpidas en su abandono por Andy Warhol (una película muy llevadera).


John dejó de ser, sólo estaba.
Gracias. (3)





(1) DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, http://buscon.rae.es/draeI/
(2) Parker, Cornelia y Swinton, Tilda (1995), The Maybe, Galería Serpentine, Londres.
(3) Warhol, Andy (1963), Sleep.